Caracas.- Kaleb Bowman no tomó el camino habitual hacia las principales ligas del mundo beisbolero; y aunque no fue por decisión propia, sino por una voluntad inquebrantable de mantenerse ligado a un deporte que parecía no quererlo de vuelta, el hoy en día lanzador de los Tiburones de La Guaira, encuentra valor en cada kilómetro recorrido.

“Ha sido una locura de camino, pero estoy muy agradecido por todo eso”, aseguró.

Nada empezó fuera de lo común para el oriundo de Round Hill. Como cada joven estadounidense que desea hacer vida en el mundo del beisbol, la gran esperanza es enlistarse en un programa educativo que brinde espacio para las jornadas dentro de las líneas de cal. Pero a medida que los años transcurrieron, Bowman comenzó a notar que el simple amor al deporte no era suficiente para conseguir lo que quería.

“No me seleccionaron en el Draft en mi último año en la universidad, pero sabía que mi camino en el beisbol no había terminado”, contó el serpentinero. “Entonces decidí firmar un contrato para ir a la liga de Canadá (New Brunswick Senior League). Estuve allí algunos meses y luego me fui directo para Australia (con el Surfers Paradise)”, agregó.

Pero justo cuando parecía que el relevista había encontrado un hogar en el cual exhibir su talento hasta que algún scout lo incluyera en los apuntes, su profesión volvió a cerrarle la puerta de una manera inesperada.

“Lancé en Australia por alrededor de un año y luego el Covid-19 acabó con todo. Me quedé por allá un tiempo, viví allí”, recordó. “Luego por fin pude regresar (Estados Unidos) y volví a entrenarme, pero todavía no había conseguido un contrato en la pelota organizada, así que llegué a un acuerdo para ir a Alemania, donde estaban disputando los juegos clasificatorios para el Clásico Mundial. Era un ambiente excelente y jugué allá por dos años; no sólo en Alemania, sino en Europa en general. Estuve en República Checa, Austria e Italia en una especie de entrenamiento primaveral”.

Cuando la campaña de 2022 llegó a su fin en territorio alemán, Bowman tuvo la oportunidad de volver a trabajar en su país, gracias a un acuerdo con el Gastonia de la Liga del Atlántico (circuito independiente). Tan solo realizó seis presentaciones con ellos, registrando una efectividad de 1.29, hasta que los Cerveceros de Milwaukee vieron lo suficiente.

“Los Cerveceros me llamaron para preguntar si quería lanzar con ellos y estuve en Doble A en esta temporada. Luego de eso llegó esta oportunidad (con Tiburones). Ha sido un largo recorrido, pero estoy muy agradecido por todos los lugares en los que he estado”, reiteró.

Kaleb Bowman sigue sumando sellos a su pasaporte, en un impresionante recorrido por tres continentes

Finalmente, el sueño beisbolero de Bowman, de 26 años de edad, comenzaba a tomar forma. La recompensa al trabajo duro, sí, pero más importante todavía, un premio del deporte del bate y el guante hacia quien nunca bajó los brazos y se atrevió a desafiar las adversidades de una disciplina que puede ser muy cruel cuando el radar de los cazatalentos te ignora.

“Siempre puse mi fe en Dios, confiando en él. Sabía que, si jugaba todos los días y confiaba en él, cumpliría mis sueños”, indicó el brazo. “Lo segundo más importante es creer en ti mismo. Si me hubiera rendido hace algunos años nunca hubiese tenido oportunidades como esta en Venezuela. Creí en mí mismo, en poder seguir afilando mi espada y aquí estamos. Creer en Dios, en ti mismo y en el proceso”, añadió.

La confianza de los amigos también es importante y es otra lección que aprendió el norteamericano recientemente. Su llegada a Venezuela no fue casualidad, pues un favorito de la fanaticada escuala estuvo detrás de todo.

“Tengo un amigo que estuvo acá en la temporada pasada, Sam Bordner”, reveló Bowman sobre el también relevista, que brilló con La Guaira en la 2022-2023. “Me habló del equipo y le comenté a mis agentes. Pensaron que sería una oportunidad grandiosa poder venir con Tiburones y lanzar en Venezuela”.

Bordner no tardó en convertirse en el cerrador de los salados en la zafra anterior y su sólido desempeño sobre la lomita llevó a que los aficionados del equipo lo bautizaran como el “Tío Sam”.

Bowman sabe que no será sencillo poder ganarse el cariño de la fanaticada de Tiburones como lo hizo su amigo, pero hará todo lo posible por lograrlo. Al final, los desafíos han probado ser lo suyo.

“Sería increíble. En caso de que no llegue a ocurrir, no hay problema, simplemente intentaré hacer lo mejor que pueda por este equipo y si los aficionados me reciben como a uno más de los suyos, perfecto, pero si no lo hacen sé que no hay malos sentimientos escondidos”, señaló. “Aunque me encantaría. Por lo general soy el tipo que interactúa con los fanáticos y me encantan los niños también. Así que haré todo lo que pueda por la comunidad y para intentar comunicarme con ellos también. Sé que a Sam lo llaman ‘tío’ y estoy ansioso por ver el impacto que tiene acá”.

Antes de llegar a Venezuela, Bowman hizo la tarea de revisar la actuación del combinado en la zafra anterior, por lo que está al tanto de que la organización y su afición están hambrientos por un campeonato que se les escapó de las manos en la 2022-2023.

Kaleb Bowman sabe que tiene frente a sí el gran reto de rendir con Tiburones de La Guaira

"Sé que perdieron la final en la temporada pasada, pero tienen a un grupo de jugadores increíble y a un gran cuerpo técnico que nos llevará por la dirección correcta. Obviamente queremos ese campeonato y traerlo de vuelta a La Guaira. Esa es la meta final, pero más allá de eso, creo que tendremos una gran temporada con tantos jugadores buenos. Vamos a apoyarnos y a aprender de cada uno para triunfar al final", expresó.

Sin fecha para regresar a casa en esta nueva aventura en su carrera, Bowman apuesta a la misma filosofía que lo llevó por un camino poco recorrido hasta el beisbol organizado, pero que al final lo recompensó con lo único que siempre pidió: oportunidad.

“Este lugar es increíble, todo el mundo me ha recibido muy bien. Los coaches, todos los jugadores y obviamente ya tuve la oportunidad de ver a los fanáticos”, dijo el trotamundos. “Sé que los Cerveceros me dieron un tope de unos 30 innings, pero como relevista sé que eso es básicamente toda la temporada. Todo lo que he escuchado sobre el beisbol en Latinoamérica y en especial en Venezuela ha sido así o incluso hasta mejor”.

Quizás es la mentalidad desarrollada durante su peculiar travesía, pero ahora Bowman no puede dejar de pensar en el siguiente destino. La diferencia en esta ocasión con respecto al pasado, es que ahora lo tiene muy claro.

“Espero poder decir presente en la Serie del Caribe en Miami”, cerró.

Bowman asistió a la Appalachian State University y pese a no ser drafteado, nunca renunció a su sueño de ser profesional

El dato

Entre Doble A y Clase A avanzada de los Cerveceros este año, kaleb Bowman marcó una efectividad de 5.94, con un WHIP de 1.38 y 41 ponches en 33 entradas y un tercio de labor. Sus problemas llegaron con el ascenso de categoría en su primera temporada en el beisbol organizado, pues antes de subir al Biloxi, cosechó un sólido porcentaje de carreras limpias permitidas de 2.77 en 13 presentaciones.